domingo, 1 de noviembre de 2015

Lentes de Contacto Blandas: Manual de Iniciación


Aunque las lentes de contacto blandas son un producto conocido y bastante popular entre los usuarios, aún existen muchas dudas e ideas equivocadas sobre ellas. Hoy te propongo conocerlas un poquito mejor. 

Las lentes de contacto se basan en los principios físicos de las lentes oftálmicas (gafas) y por tanto se rigen por la óptica, sin embargo debido a su posición como lente en el sistema óptico presentará algunas diferencias respecto a las lentes oftálmicas. 

Las lentes de contacto blandas nos permiten compensar (que no corregir) defectos refractivos tales como la miopía, hipermetropía, astigmatismo e incluso la presbicia. Son especialmente recomendables para sujetos con ametropías altas, ya que la lente de contacto permite compensar los defectos refractivos con menor distorsiones de imagen respecto a la lente oftálmica. Debido a los caprichos de la física, las lentes oftálmicas para elevadas ametropías pueden generar cierta pérdida del campo visual compensado, lo que podríamos comparar con los ángulos muertos de un coche. Este problema no lo presentan las lentes de contacto debido a su posición, mucho más cercana a la córnea.
Marcha de rayos a través del sistema óptico ojo-lentilla
También resultan especialmente recomendables en casos de anisometropías (cuando existe una palpable diferencia de graduación entre un ojo y otro), por la menor incidencia de las aberraciones, favoreciendo así  la visión binocular al subtender los objetos tamaños más fieles a la realidad.
Estas lentes se mueven junto con el ojo, lo que permite eliminar las aberraciones laterales porque siempre miraremos a través del centro óptico de la lente. Y tienen otra gran ventaja, no se empañarán con los cambios de temperatura. 



 Existen en diversos tipos a razón de su geometría y materiales. El comportamiento de cada lentilla será diferente, al igual que sus parámetros. Las lentillas no tienen un tamaño estándar.

Para iniciarte en el mundo de las lentillas debes acudir a una óptica, nunca compres por internet o te aconsejes a ti mismo. Porque no todas las lentillas son iguales, cada tipo de material se comporta de diferente manera y no tienen una "talla única". Cada lente de contacto tiene diferentes parámetros que deberán evaluarse en el gabinete. Además, aunque conocieras esos parámetros porque ya hayas sido usuario y tengas el informe del óptico, es necesario que se evalúe la agresión de la lentilla sobre tu córnea. 


Detalle de Lente de Contacto Blanda
El protocolo para iniciar a un sujeto en las lentes de contacto blandas comienza por una revisión completa.  El optometrista debe conocer su historial clínico, para conocer los antecedentes en cuanto a patologías oculares y sistémicas. Durante la primera toma de contacto se realizará una pequeña entrevista, anamnesis, para recoger toda información útil. Por ejemplo, conocer la profesión del paciente aporta información para recomendar un tipo de lente u otra, incluso puede contraindicarla como sería el caso de tareas de manipulación de sustancias tóxicas o en ambientes de polvo.

Tras recopilar la información de interés y conocer bien el motivo por el que queremos usar lentes de contacto pasaríamos a revisar en el gabinete. Deberá de realizarse un estudio del estado de los medios refractivos, de la agudeza visual mono y binocularmente, capacidad acomodativa y características de la lágrima. Además de examinar el estado funcional y estructural de los tejidos a través de biomicroscopía. También deberán medirse los diámetros pupilares, diámetro corneal, apertura palpebral, tensión palpebral, posición de los párpados, calidad y frecuencia del parpadeo, y queratometría. En determinados casos también será necesario realizar topografía corneal.

Evaluación por Biomicroscopía
A continuación deberá pedirse al fabricante una lente de prueba. Esta lente habrá sido escogida en función de la información recogida durante el proceso anterior y será colocada al paciente. El protocolo que se inicia en ese momento consiste en frecuentes revisiones. En primer lugar se evaluará al sujeto con la lente de contacto puesta tras 1 hora continuada de uso. Se examinará a través de biomicroscopía el movimiento de la lente, el estado de la conjuntiva y el menisco lagrimal. Se evaluará si la lente se encuentra perfectamente adaptada a los parámetros corneales del sujeto y se tomará medida de la agudeza visual con la lentilla y se realizará una sobrerefracción si es necesario. 
Tras estos estudios, deberán utilizarse pigmentos fluorescentes que permitan observar la tinción corneal bajo la luz adecuada. A través de esta prueba podrá conocerse la incidencia de la lente sobre el epitelio corneal, esto permite conocer si el material es el adecuado y si la geometría de la lente se adapta correctamente evitando así roces y descamaciones del epitelio.

Si todas las pruebas son positivas, la dinámica consistirá en aumentar progresivamente las horas de uso para repetir la revisión anterior cada determinado incremento de horas de uso hasta que se revisa al sujeto con 8h de uso. Una vez finalizado el procedimiento, el usuario puede adquirir la lente de contacto que según las pruebas es adecuada para él, si no hubiera sido así, se escogerían nuevos parámetros, geometrías o materiales hasta lograr la adaptación perfecta.

Cuando por fin conocemos el tipo de lente que necesitamos, debemos aprender a ponerla y quitarla. Así como tomar rutina de importantes hábitos higiénicos. 

Siempre deberás lavarte las manos antes de "meter los deditos en el ojo" y cambiar el líquido conservador cada día. Los líquidos de mantenimiento permiten mantener a raya a hongos y bacterias, además de humectar el material. Mantén limpio el estuche de guardado y cámbialo con frecuencia, no te permitas usar el  mismo estuche durante un año entero, renuévalo. Jamás realices la adaptación de la lente con saliva o agua, ya que podrías causar una infección con esta acción. 
Posición correcta de la lente de contacto
El utilizar lentillas no exime del uso de las gafas. El uso recomendado de una lente de contacto blanda son 8h de uso continuado. Pueden llevarse durante un periodo de 12h siempre que a mitad del intervalo las retiremos durante al menos 2h. No deberemos superar las horas de uso, ya que aunque los materiales son cada vez más permeables al oxígeno y el menisco lagrimal se renueva gracias al suave movimiento de la lentilla sobre la córnea, el epitelio necesita respirar en condiciones de permeabilidad absoluta. De lo contrario induciremos una hipoxia en el epitelio corneal, además de producirse acúmulos de proteínas y otras sustancias en la conjuntiva, lo que puede conducir al rechazo de los tejidos a la lentilla produciéndose el síndrome de uso excesivo. 
Aunque podemos utilizar las lentillas en tareas como estudiar o ver una película, lo más recomendable es hacerlo con una gafa, ya que al prestar mayor atención parpadeamos con menos frecuencia y esta situación será especialmente molesta si nuestra lágrima es escasa. También debemos tener a mano una gafa, ya que pueden aparecer patologías como la conjuntivitis que contraindican el uso de la lente de contacto.

Si tienes alguna duda sobre las lentillas, no lo dudes y plantéasela a tu óptico-optometrista.

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